Miles de paseantes nacionales y extranjeros están fascinados durante su visita a la zona sur de San Luis Potosí.

En destinos como el Naranjo, Tamasopo, Valles, Aquismón y Xilitla los vacacionistas pueden disfrutar de ríos y cascadas que recobraron su majestuosidad gracias a las intensas lluvias de las semanas recientes; la vegetación luce exuberante.

Alexandra Milikova es originaria de Siberia. Ella vive en México desde hace diez años, pero no había visitado la Huasteca Potosina.

Alexandra explica que su estancia en esta zona es como “unas pequeñas vacaciones” en las que se quiere relajar y descansar fuera de la ciudad. Aquí en la Huasteca Potosina acaba de comer por primera vez una “migada”, que es como un sope grande con carne y verduras.

“Pues vengo a conocer, me gusta mucho la naturaleza, he escuchado mucho de que las cascadas están muy bonitas entonces traje a mis hijas para conocer el lugar y disfruten… de verdad que sí está muy bonito y pues veo cómo disfrutan mis hijas y más familiar, pues obviamente recomiendo, está muy bonito…”

La Huasteca Potosina es más que parajes acuáticos; su riqueza histórica y cultural también es admirada por visitantes proveniente de otras partes del mundo. Nicolás vive en Ginebra (Suiza), pero ya ha viajado cinco veces a México.

“Pues me enteré de mucho más cosas, me enteré de la cultura Teenek con todos los bordajes y la ropa, con todos los adornos… la historia de la cultura Teenek, unas palabras así para pedir tortillas… visité el Museo Regional Huasteco… siento que hay que cuidar este lugar, darse cuenta de la riqueza de todo lo que hay en este lugar, incluso la comida, los paisajes, toda la gente está muy cálida con los demás, que invitan a comer aunque ya estoy jarto de comer, como dicen…”

Las lluvias recientes trajeron un respiro a la fauna y la flora en las selvas, bosques y praderas de la zona Huasteca. Hay un amplio abanico de opciones para disfrutar el entorno. Se puede hacer senderismo, tirolesa, montar a caballo, visitar sitios arqueológicos, museos, y ver arquitectura surrealista, además de degustar la exquisita gastronomía regional y bailar la música de Huapango.