El Partido Acción Nacional vive su peor etapa en San Luis Potosí, al menos en las últimas décadas.

La ambición, imposición, división, y el ser usado como un botín lo tiene al borde del abismo.

Se avecinan las elecciones del 2024 y el panorama para el blanquiazul se ve más gris que nunca.

Su actual dirigente estatal, Verónica Rodríguez, es señalada de ser imposición del diputado federal Xavier Azuara que por años ha mantenido el control de la cúpula de ese partido en el estado y ha colocado infinidad de gente afín en diversos puestos. Enfrenta una ruptura y varias cartas fuertes abandonaron al PAN y en fecha próxima se espera otra desbandada.

Marco Gama, ex dirigente estatal, abandonó ese partido para irse a Movimiento Ciudadano (al cual hoy dirige) llevándose una camada de panistas.

Sonia Mendoza fue panista durante muchos años y en su momento con el llamado “círculo azul” mantuvo secuestrado al PAN y el reparto de candidaturas y puestos públicos; también estaba sujeto a preferencias de este grupo. Sonia Mendoza luego apoyó a Xavier Nava en su intento de reelegirse como alcalde, y al final decidió negociar una diputación federal plurinominal al brincar al Partido Verde.

Igualmente, gente como Juan Pablo Escobar, Arturo Ramos Medellín y Enrique Flores abandonaron al PAN.

Ahora Sonia Mendoza busca llegar a la presidencia municipal de la capital potosina impulsada por el Partido Verde, coaligado con MORENA y PT. Sonia Mendoza será el “caballo de troya” que necesitaba el mandatario estatal Ricardo Gallardo para terminar de dividir al PAN y poder penetrar electoralmente en un segmento que difícilmente hubiera logrado con Gilberto Hernández Villafuerte.

En tanto, el PRIAN junto al casi inexistente PRD, dieron su respaldo para que el alcalde Enrique Galindo busque la reelección, que es uno de los pocos municipios grandes que le quedan a la “oposición”.