Se cuentan por cientos, las hectáreas de monte y selva caducifolia arrasadas por el fuego en la zona cercana al ejido Zaragoza y al rancho Casas Viejas, al norte del municipio.

Este domingo el incendio cumple siete días activo. Habitantes señalaron que la lumbre inició desde el fin de semana pasado en el área del ejido Laguna del Mante, y al correr de las horas se extendió rápido a través de una zona montañosa.

El fuego pronto sobrepasó la capacidad de voluntarios. Sin embargo, el apoyo del estado y de la federación llegó hasta el jueves.

Brigadistas de CONAFOR, integrantes del Ejército Mexicano, elementos de Protección Civil, activos de la Comisión Nacional de Emergencias y ciudadanos, sumaron una fuerza de medio centenar de personas.

Desde la zona urbana de Valles hay que trasladarse en vehículo durante cincuenta minutos. Luego, adentrarse a pie entre cañadas y bosque seco, cargado bombas aspersoras para sofocar las llamas o terminar de apagar brasas. Hay extensiones de tierra donde lo único que se observa es ceniza y miles de troncos quemados.

Por aire, tres helicópteros realizan descargas de agua. Un MI-17 de la SEDENA, uno de Gobierno del Estado y uno más rentado, citó el viernes en un comunicado a medios la Coordinación Estatal de Protección Civil.

Por momentos parece que el fuego queda controlado, pero las intempestivas rachas de viento lo reavivan, extendiéndose aún más la devastación de flora y fauna silvestre.

En el punto desde donde los brigadistas parten a pie se ha establecido un campamento para abastecimiento y primeros auxilios. Allí, paramédicos de Cruz Roja y miembros de la comunidad proveen rehidratación y alimento a quienes siguen combatiendo el fuego.