En cuestión de horas se haría oficial el cese de José Luis Urban Ocampo, quien es insostenible dentro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado.La cabeza de la administración gubernamental en San Luis Potosí no está en disposición de seguir corriendo los riesgos que conlleva mantener en el puesto al hasta hoy director de la Guardia Civil Estatal.

Más allá de los escándalos mediáticos y en redes sociales protagonizados por Urban Ocampo, son cada vez más frecuentes, graves y resonantes entre la opinión pública los excesos cometidos en agravio de potosinos y potosinas, no pasando por alto las veces en que Urban personalmente arremete, lo mismo contra reporteros (as), civiles o manifestantes. Ello se suma a los desatinados operativos en los que rara vez se detiene a criminales de importancia mayúscula. En lo general son narcomenudistas los capturados, o sólo se decomisan algunas armas, vehículos abandonados o dosis de droga, pues los delincuentes suelen burlar la acción de los oficiales, quienes en teoría están capacitados para dar resultados en operaciones especiales.

La intención de separar a Urban del cargo fue concebida desde meses atrás. No obstante, hay quienes dentro del primer círculo de poder abogaron por lo indefendible, pero los emplazamientos para que Urban enmendara sus formas (y sus fondos) se han agotado. En lo menos pensado José Luis Urban Ocampo y sus más allegados dentro de la GCE cometerían un error de consecuencias fatales cuyo costo político no está dispuesto a seguir corriendo el mandatario estatal, menos aún en vísperas de la temporada electoral.